Las Brujas y la nueva Hoguera: Los medios de Comunicación.
- Alexandra Paulós
- 9 ene 2016
- 3 Min. de lectura

Ha trascendido una noticia escalofriante, una beba de meses es comida por las ratas, ante la ausencia de cuidados de un/a adulto/a responsable.
Una adolescente de 18 años, desaparece por dos días, sin que nadie se percate. El titular presenta a una madre abandonando por dos días a una beba por salir a bailar. En México los bailes duran dos días? No lo creo, evidentemente hay información omitida, la cual posiblemente no reste responsabilidad a la chica en el hecho.
Pero hay otras omisiones que son verdaderamente preocupantes. En ninguna parte de la nota se menciona al progenitor masculino de esa beba. Acaso la sociedad ya toma tan naturalizadamente el abandono por parte de el varón que ni notamos no se nombra? En que momento las mujeres o adolescentes, en este caso, pasaron a ser las únicas responsables en el embarazo, nacimiento y cuidados? Los comentarios de las personas que salen a opinar, dan más miedo que la propia noticia.
El embarazo adolescente es algo que está arraigado en nuestras sociedades latinoamericanas, de forma casi obligatoria en las capas sociales económicamente vulneradas. Donde las chicas, escasas de otros proyectos de vida, dan un significado a la misma a través de la maternidad. Donde están los y las adultos, no adolescentes, adultos?
La adolescencia es una etapa de cambio, construcción, deconstrucción y reconstrucción, de búsqueda, de crecimiento, físico, emocional, sicológico. Las y los adolescentes no tienen la madurez sicobiosocial para afrontar la responsabilidad de los cuidados de un/a bebe. Pero eso parece no importar, parece que acá solo hay una responsable, lista para llevarla a la hoguera: la madre irresponsable! En el siglo veintiuno, cuando la expectativa de vida de las mujeres supera ampliamente su ciclo reproductor. Que lleva a los embarazos tempranos? Como sociedad somos los primeros responsables de esta muerte, de todos y todas las y los bebes que crecen sin el cuidado necesario, por que solo miramos para el costado y estigmatizamos a las madres adolescentes.
Científicamente está demostrado que la especie humana no se reproduce por partenogénesis. La ausencia paterna parece no importar mucho ni a los medios ni a la opinión pública, parece ser normal que la misma no exista. Estas noticias y las especulaciones infundadas de las y los opinologos/as solo encubren a los padres abandónicos. Ellos nunca son responsables, aunque gran parte de las adolescentes lleven adelante solas los embarazos, partos y cuidados de sus hijos e hijas.
La sociedad parece no estar muy preocupada en que niñas de trece años sin el desarrollo madurativo necesario y atentando contra su salud, sus posibilidades socioeconómicas, proyectos de vida alternativos de trabajo o estudios, atentando contra el desarrollo idóneo de esos y esas bebes y en muchos casos ante la ausencia de su compañero a la hora de procrear. Paren, crían, muchas veces solas, sin apoyo de familia, de adultos, sí, adultos responsables, por que los adolescentes no son adultos, son personas en formación. Para los veinte años, cientos de mujeres ya van a tener tres hijos, no los tienen por cobrar la asignación, sino por la indiferencia que le damos a este tema.
Ahora sí, la hoguera está a punto y con las brasas ardiendo para las nuevas brujas, esas adolescentes irresponsables, madres desnaturalizadas que no merecen llamarse mujer! ¡Claro que no! Deberían estar siendo adolescentes! Siendo irresponsables, creciendo, para en edades posteriores decidir con pleno conocimiento: si quieren ser madres, como, cuando, solas, con quien, de cuantos, o no quieren ser madres. Por que la maternidad es solo uno de los proyectos de vida que puede emprender una mujer, no una obligación dada por la biología. La especie humana, dista de estar en peligro de extinción. Y la responsabilidad de el cuidado no es responsabilidad exclusiva de el género femenino, es de toda la especie, la sociedad, la familia.
Dejemos de justificar las ausencias paternas, dejemos de justificar la responsabilidad de las personas adultas. Paremos de ver que hacía ella, preguntémonos que hacemos cada uno y cada una, para no fomentar estas situaciones. Pobre beba, no importa si la madre estaba en un baile (dos días?) importa que nadie estaba con ella, que no debió haber pasado ni unos minutos sola, importan todas las ausencias, la de la madre adolescente, la de el padre de el cual desconocemos todo dato, la de las familias, la de toda la sociedad, la mía y la tuya.
Basta de quemar en hogueras a las mujeres por responsabilidades que son compartidas, exijamos a los medios información clara, precisa, no tendenciosa.
¡Seamos socialmente responsables!
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